San Agustín cuenta como central en su conversión

¿Cómo podríamos entonces construir otra historia para la vida de Agustín, no para reemplazar la narración de la conversión sino para complementarla? ¿Podemos lograr una especie de visión binocular, o mejor una visión desde múltiples perspectivas? Supongamos que buscamos conscientemente, con fines de iluminación, "Agustín el inconverso". ¿A quién encontraríamos? ¿Esas palabras del lecho de muerte evadirían nuestra censura o sorpresa?

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San Agustín cuenta como central en su conversión

Primero, podríamos notar que mucho de lo que el mismo Agustín cuenta como central en su conversión consistía no tanto en cambiar sus propias opiniones como en descubrir que las posiciones cristianas estaban en consonancia con sus propias creencias, o al menos sus expectativas de creencia. Las tres preguntas que él atribuye a los maniquíes (Conf. 3.6.10) -- ¿de dónde viene el mal, cómo puede ser concebida la sustancia de Dios, y cómo fueron justificados los padres del Antiguo Testamento en sus vidas privadas? -- cada uno llevaba consigo una crítica implícita de las respuestas cristianas imputadas, y en cada caso el cambio se produjo cuando Agustín se dio cuenta de que los cristianos no daban la respuesta de la que los maniquíes los acusaban.

Cristología

De manera similar en materia de cristología, aunque todavía hay cierta falta de consenso entre los eruditos sobre cuándo y cómo los puntos de vista de Agustín se asimilaron al cristianismo ortodoxo, está claro (Conf. 7.19.25) que un paso decisivo llegó cuando Agustín se dio cuenta de que la ortodoxia no era la cosa ingenua e indefendible que él había pensado que era. Por ser un principio tan central del cristianismo, es sorprendente que Agustín no informe de un movimiento explícito por su parte, sino sólo de la eliminación de un malentendido.25 Además, el ideal ascético de Agustín era el sabio filosófico.26

La intermediación de Pablo

Fue traído a su narrativa de conversión por la intermediación de Pablo, Pablo elegido porque27 era el rival cristiano de los mistagogos platónicos. Pablo había estado donde Plotino afirmaba haber ido, y por lo tanto para un Agustín recién decepcionado con sus "tentatives d'extase" Plotinianas (frase de Courcelle), él era la guía apropiada, sus textos ratificados por una sabiduría mística. La autoridad de Pablo, dicho de otra manera, no era más que medio cristiana en el punto en el que (según la narración de Agustín) significaba más para la conversión de Agustín.28 Los sabios filosóficos sobre los que Pablo triunfó, además, siguen siendo siempre figuras serias y respetadas para Agustín. Incluso cuando no está de acuerdo con ellos, e incluso cuando de manera compleja alrededor y después del año 400 se da cuenta de lo anticristiano que había sido el pórfido en particular, las autoridades platónicas siguen siendo las que hay que tomar en serio y tratar con respeto29.